Con su vientre de color naranja vibrante, alas verde azulado y lentejuelas turquesas, esta tangara de cuadros de lentejuelas se destaca de sus homólogos aviares. Clasificada como un ave paseriforme de tamaño mediano, esta tangara mide aproximadamente 13 cm (5,1 pulgadas) de largo y pesa alrededor de 20 g (0,71 onzas). Su cabeza, pecho y parte superior del cuerpo exhiben un tono negro similar, mientras que el pecho, los lados de la cara y el cuello muestran una impresionante escala azul. Una corona rojiza adorna la parte superior de su cabeza, mientras que su grupa muestra un hermoso tono verde. Además, su vientre está adornado con un cálido tono canela, y sus alas y cola están bordeadas de un cautivador tono azul.
Si bien puede haber algunas similitudes en la apariencia física de machos y hembras, es importante señalar que los machos generalmente exhiben una mayor presencia de escamas azules. Las aves juveniles, por otro lado, tienden a parecerse más a los machos en términos de carecer de un parche en la cabeza y tener escamas menos pronunciadas en comparación con las aves adultas adultas.
Las regiones de Costa Rica y el oeste de Panamá son el hogar de esta encantadora ave, que prospera en su hábitat natural.
Estas fascinantes criaturas aviares tienen una gran afinidad por los frondosos bosques adornados con abundantes epífitas. Encuentran consuelo en las ramas más altas, donde pueden construir sus hogares en medio del elevado dosel, prosperando en altitudes impresionantes que oscilan entre los 1.200 y los 3.000 metros sobre el nivel del mar. Sin embargo, su adaptabilidad se extiende más allá de estos densos bosques, ya que también se les puede encontrar adornando áreas semiabiertas, bordes de bosques e incluso vegetación secundaria en elevaciones más bajas.
La tangara de mejillas salpicadas tiene preferencia por las frutas, pero también se sabe que consume insectos y arañas, a menudo tragándolas enteras. La Lista Roja de la UICN clasifica a esta especie como de menor nivel de peligro de extinción.