Mientras buscaba capturar fotografías impresionantes de un gran búho gris en un bosque canadiense, un fotógrafo se topó con la oportunidad perfecta. El búho había dominado el arte del camuflaje y se mezclaba perfectamente con la corteza de un árbol. James S. Batuigas, un fotógrafo aficionado de Burnaby, Canadá, había viajado durante cinco horas a su lugar favorito para fotografiar la vida silvestre en un bosque de Columbia Británica. Fue entonces cuando se topó con la impresionante vista del búho perfectamente camuflado.
Según el relato de Batuigas a la publicación británica Daily Mail, había planeado buscar al esquivo gran búho gris ese día. Mientras estaba en un camino forestal, escaneó cada árbol con la esperanza de detectar uno, ya que normalmente descansan durante el mediodía. De repente, vio algo que se movía por el rabillo del ojo en el tronco de un árbol y se dio cuenta de que era el gran búho gris. El plumaje del pájaro se mezclaba tan bien con la corteza del árbol que lo habría pasado por alto si no hubiera girado la cabeza para mirarlo.
Según el Owl Research Institute, los tonos del plumaje de un búho tienen un doble propósito: ayudar a mezclarse con su entorno y regular su temperatura corporal. Sin embargo, la coloración de las plumas no es el único mecanismo que utilizan los búhos para camuflarse. Estas aves poseen técnicas adicionales para ocultarse.
Los búhos tienen una forma única de esconderse de los depredadores o sus presas. Suelen mantenerse erguidos e inflar sus plumas, lo que los hace parecer más delgados y difíciles de detectar. Además de esta técnica, los búhos también levantan las plumas blancas alrededor de su pico para mimetizarse aún más eficazmente con su entorno.
Las increíbles habilidades de camuflaje de los búhos les permiten pasar desapercibidos tanto para sus presas como para los entusiastas de la fotografía.