Nunca habrá amor suficiente para consolar a alguien que pierde a un ser querido para siempre. Esto, que es tan entendible en los humanos, les pasa también a los animalitos, y de un modo incluso más intenso y desolador.
Ese era el drama por el que atravesaba el lindo Óscar, un gato pelirrojo, después de que cruzara el puente del arcoíris su hermano del alma Dexter, un hermoso y leal pitbull.
Dexter padecía de una enfermedad grave, pero a pesar de su condición falleció inesperadamente. Lo que, si bien fue bueno para el pitbull porque tuvo una dulce muerte, no le dio tiempo a prepararse al gatito.
El pobre estaba consumido por el dolor. Sin duda, quedó con un gran vacío en su vida realmente difícil de llenar.
Pronto, los efectos de la partida de Dexter fueron devastadores en la salud del gato. El minino padecía de Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII), que ya la tenía controlada.
Pero, tras perder a su amigo, la enfermedad regresó con fuerza, todo porque extrañaba demasiado a su compañero perrito y estaba estresado todo el tiempo.
Fue entonces cuando los dueños de Óscar se enteraron de un frágil y enfermo perrito pitbull llamado Jude.
No sólo era ciego, sino que además tenía deformidades en la columna.
En un increíble acto de misericordia, ellos no dudaron en adoptarlo para ofrecerle una vida mejor, a la vez que pensaron que sería la mejor solución para sanar el corazón roto de Óscar…
¡Y vaya que no se equivocaron!
Antes de ser adoptado, Jude vivía en el Santuario del legado de Lennon. Y a pesar de su ceguera, nunca dejó que nada le impidiera vivir su mejor vida. Le encantaba jugar y amaba todo animalito que se cruzara en su camino.
Era un navegante maestro por la vida sin jamás perder la energía ni la velocidad.
Con su personalidad despreocupada, encantadora y siempre en movimiento, ¡era sólo cuestión de tiempo antes de que el gatito pelirrojo desolado se viera obligado a fijarse en él!
“Cuando vino a nosotros por primera vez, le prometí que su vida importaría. Y es por eso que me gusta compartirlo con todos los demás. Ha sido un gran sanador para toda nuestra familia ”, dijeron sus dueños.
Si bien Jude era un tonto absoluto con otros perros, de alguna manera supo que el pequeño y deprimido Óscar estaba sufriendo un tipo diferente de dolor.
Así que no sólo abrazó al gato con su reconfortante amor, sino que gradualmente le permitió liberarse de los grilletes de su abrumador dolor.
El dúo no tardó en desarrollar un vínculo indestructible. Verlos juntos por la casa, acurrucándose, acompañándose, jugando y consolándose, fue la lección de amor más contundente que recibieron sus dueños mientras su paso en esta tierra.
«¡Los poderes curativos y la actitud optimista de este chico con capacidades diferentes ciertamente han infundido a todos una perspectiva poco común sobre cómo vivir la vida al máximo, contra todo pronóstico!», señalaron, conmovidos.
Su familia grabó varias escenas especialmente conmovedoras que las difundieron en la cuenta de Instagram del santuario.
Es difícil no emocionarse:
Pero, un año después de que Jude hubiera reparado el corazón de Óscar, y transformado la vida entera de su familia y de millones en el mundo entero, el pobre gatito no pudo superar su enfermedad intestinal. Y cruzó el puente del arcoíris a principios del 2020.
Se reunió al fin con su amado Dexter. Pero, no podía marcharse solo; tristemente, el mes pasado, Jude lo acompañó en el cielo también, dejando devastada a su familia.
En los últimos meses, Jude tuvo que ser sometido a 2 cirugías, después de lo cual contrajo peritonitis séptica.
Su nivel de infección generalizada era realmente crónico. Como estuvo sufriendo demasiado y por tanto antibiótico, ni su pancita ni su sistema inmune soportarían una cirugía más, tuvieron que tomar la terrible decisión de dormirlo para que descansara en paz.
Afortunadamente, partió sabiéndose amado y que estaba en este mundo para tocar corazones. Su dueña dijo que sus múltiples problemas de salud se debían al mestizaje y a la negligencia cuando era un bebé.
«Decir que estamos devastados es quedarse corto. Jude era un perro increíble. Era encantador, cariñoso, inteligente, divertido, era tan inspirador».
Además, decidieron cremar su cuerpo en una emotiva ceremonia. Y llevar sus cenizas a casa, como una muestra de gratitud por todo lo que hizo y significó para ellos.
«Jude, eras uno en un millón. Has tocado los corazones de miles. Que tu sonrisa y tu legado vivan en muchos corazones para siempre. ¡Te amamos dulce chico!», concluyen.
Una historia que conmueve hasta el fondo del alma de principio a fin. Sólo muere quien es olvidado, y seguro que Dexter, Óscar y Jude ahora son amigos para siempre y permanecerán en la memoria y el corazón de muchos.